Me faltaba hablaros de este singular animal…
La densidad de población de esta especie en la finca no es especialmente alta que digamos, sobre todo si la comparamos con otras zonas del planeta. Sale aproximadamente a un ejemplar cada 50 hectáreas, o lo que es lo mismo, un ser humano cada 500.000 metros cuadrados. A pesar de su escasez es fácil de avistar, ya que es un animal diurno que se suele mover en vehículos motorizados muy ruidosos, y éstos sólo se desplazan por caminos especialmente diseñados para ello. Basta con esperarlos en uno de estos caminos que tarde o temprano aparecerán.
Yo soy uno de esos bichos. Del resto merecen mención especial los siguientes:
El jefe. Estupenda relación con él y su familia. Me han invitado a comer varias veces a su casa. Esos días el menú es vegetariano para todos, y tengo que decir que siempre estuvo muy bueno. Es gente muy amable y no puedes sino confiar en ellos.
Julián*, el encargado de la finca, y Benito*, su ayudante. Sus funciones son principalmente de manejo del ganado (alimentación, cuidado, destete, etc.). De manera secundaria realizan pequeñas reparaciones, pintar, podar, cultivar huerto, etc.
Son personas del mundo rural, en contacto con ganado desde pequeños, y un profundo conocimiento sobre estos animales (por ejemplo conocen a cada vaca, su carácter, sus necesidades alimenticias en cada época del año, etc.). ¿Creéis que dan un buen trato a los animales? Os doy algunas pistas….A los animales destinados a su consumo en general se les trata como meros objetos en cualquier lugar del mundo. A esto hay que añadir que estamos en España, que como país mediterráneo que es, se caracteriza por un trato a los animales (ya no los de granja, sino incluso los animales de compañía) carente de empatía y compasión en la mayoría de los casos.
Pues sí, como podéis imaginar, Julián y Benito no son especialmente cariñosos con los animales. Más bien al contrario. Especialmente Julián muchas veces emplea violencia gratuita contra animales inocentes. Su comportamiento se podría calificar como brutal en algunas ocasiones. Se me pone el corazón en un puño al ver esas pedradas injustificadas o patadas en la cara. Sí, leéis bien. Eso lo he visto con mis propios ojos en no pocas ocasiones, y si hago cualquier comentario me salta con “¿Tú me vas a enseñar cómo hacer mi trabajo? Esto se hace así”. Estoy aprendiendo a morderme la lengua y tragar. Me gustaría quejarme al jefe. Pero claro, el no lo ve como lo veo yo, ya que en ese caso habrían corregido el comportamiento de Julián o no trabajaría aquí. Él lleva casi 15 años trabajando aquí, yo apenas 2 meses. No me parece una buena idea quejarme de él. A la empresa le resultaría mucho menos traumático prescindir de mis servicios que los de Julián. Soy un ganadero sin experiencia con todo por aprender.
La opción de irme no la contemplo por varias razones: en estos tiempos poder trabajar ya es una suerte, me gustan muchos aspectos de mi trabajo (sí, a pesar de todo en general estoy bastante contento aquí), y por último les haría un flaco favor a los animales si me largo cobardemente. ¿Cómo les voy a abandonar en manos de estos brutos? Poco a poco irán cambiando las cosas…. eso espero.
Joder, y es ganadería ecológica. Pero los certificadores sólo miran los papeles, la alimentación, la sanidad (antibióticos sólo en casos muy justificados, etc.) ….y el bienestar de los animales ¡¿qué?! ¡¡Se han olvidado de lo más importante!! Al animal le da igual que su pienso tenga soja transgénica o ecológica, con que le quite el hambre se conforma. Pero sí le importa que le traten bien, y no a palos.
Eso ha sido una gran desilusión para mí.
El ganadero vegetariano contando ovejas
*Nombres ficticios para respetar su intimidad.
Sólo con estar contando esto, estás haciendo mucho por estos animales. La gente no ve, no sabe todo lo que hay detrás de su filete, incluso algunos se escudan en lo "ecológico" creyendo que esos animales han recibido un trato mejor.
ResponderEliminarNo dejes de contar, por favor. Todo esto hace falta.