martes, 21 de diciembre de 2010

OTRO DÍA DE LLUVIA

Siempre me han gustado los días de lluvia. Pero ya los empiezo a relacionar con muerte.

A finales de noviembre empezaron a parir las ovejas. Un día 10, al otro 20, pero no todos los corderos sobreviven. Es normal que algunos mueran, pero el porcentaje de muertos está siendo especialmente alto, por diversas causas que no me quiero entretener en contar aquí. No obstante, es un hecho que los días de lluvia mueren muchos más (Esto es ganadería extensiva en estado puro. Al aire libre los 365 días del año). El otro día recogimos 11 del campo, algunos todavía respiraban en el montón dentro de la carretilla. Julián para evitarles más sufrimiento a los moribundos les daba un golpe seco contra una pared. Yo miraba para otro lado. Muerte en el acto. ¿Cuántos se nos han muerto? ¿80, 100? Por ahí debe de andar. Los aproximadamente 250 supervivientes tampoco tendrán un porvenir halagüeño….en pocos meses serán sacrificados para satisfacer la gula de los humanos.

Con el tiempo te “acostumbras” algo. Recoger del suelo el cadáver de un cordero que apenas ha vivido un par de días ya no me impacta como el primer día, pero no deja de perturbarme. Mientras no pierda completamente la sensibilidad y la empatía hacia estos seres -cosa que no ocurrirá pues es un sentimiento que llevo muy arraigado dentro de mí- está claro que trabajar aquí no hace sino reafirmarme en el vegetarianismo. Y lo mismo le ocurriría a cualquiera que ame a los animales.

Hay algunos borregos débiles que han sido rechazados por sus madres y los estamos criando con biberón, bueno yo no….es que al final irán al matadero y no estoy preparado para crear un vínculo con ellos ¿cómo voy a cuidar y alimentar en mi casa a un ser inocente e indefenso para dentro de unos meses entregarlo a la muerte? ¿cómo romper ese lazo que se ha creado entre ambos sin sufrir? No gracias.

No se qué hacer. Quiero ayudar, pero al mismo tiempo quiero mantener la distancia, y así es difícil ayudar.

Es increíble la capacidad de adaptación del ser humano a situaciones adversas. Hace unos meses me dicen que me tengo que enfrentar a esta mierda y daría por hecho que me vendría completamente abajo. Y aquí estoy, resistiendo….

Un relámpago…puuf, cómo llueve esta noche, ¿qué me voy a encontrar mañana?

Y pienso…todas estas tristes muertes no ocurrirían si la gente dejara de consumir carne.

Buenas noches.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Animales de la especie 'Homo sapiens' en la finca

Me faltaba hablaros de este singular animal…

La densidad de población de esta especie en la finca no es especialmente alta que digamos, sobre todo si la comparamos con otras zonas del planeta. Sale aproximadamente a un ejemplar cada 50 hectáreas, o lo que es lo mismo, un ser humano cada 500.000 metros cuadrados. A pesar de su escasez es fácil de avistar, ya que es un animal diurno que se suele mover en vehículos motorizados muy ruidosos, y éstos sólo se desplazan por caminos especialmente diseñados para ello. Basta con esperarlos en uno de estos caminos que tarde o temprano aparecerán.

Yo soy uno de esos bichos. Del resto merecen mención especial los siguientes:

El jefe. Estupenda relación con él y su familia. Me han invitado a comer varias veces a su casa. Esos días el menú es vegetariano para todos, y tengo que decir que siempre estuvo muy bueno. Es gente muy amable y no puedes sino confiar en ellos.

Julián*, el encargado de la finca, y Benito*, su ayudante. Sus funciones son principalmente de manejo del ganado (alimentación, cuidado, destete, etc.). De manera secundaria realizan pequeñas reparaciones, pintar, podar, cultivar huerto, etc.

Son personas del mundo rural, en contacto con ganado desde pequeños, y un profundo conocimiento sobre estos animales (por ejemplo conocen a cada vaca, su carácter, sus necesidades alimenticias en cada época del año, etc.). ¿Creéis que dan un buen trato a los animales? Os doy algunas pistas….A los animales destinados a su consumo en general se les trata como meros objetos en cualquier lugar del mundo. A esto hay que añadir que estamos en España, que como país mediterráneo que es, se caracteriza por un trato a los animales (ya no los de granja, sino incluso los animales de compañía) carente de empatía y compasión en la mayoría de los casos.

Pues sí, como podéis imaginar, Julián y Benito no son especialmente cariñosos con los animales. Más bien al contrario. Especialmente Julián muchas veces emplea violencia gratuita contra animales inocentes. Su comportamiento se podría calificar como brutal en algunas ocasiones. Se me pone el corazón en un puño al ver esas pedradas injustificadas o patadas en la cara. Sí, leéis bien. Eso lo he visto con mis propios ojos en no pocas ocasiones, y si hago cualquier comentario me salta con “¿Tú me vas a enseñar cómo hacer mi trabajo? Esto se hace así”. Estoy aprendiendo a morderme la lengua y tragar. Me gustaría quejarme al jefe. Pero claro, el no lo ve como lo veo yo, ya que en ese caso habrían corregido el comportamiento de Julián o no trabajaría aquí. Él lleva casi 15 años trabajando aquí, yo apenas 2 meses. No me parece una buena idea quejarme de él. A la empresa le resultaría mucho menos traumático prescindir de mis servicios que los de Julián. Soy un ganadero sin experiencia con todo por aprender.

La opción de irme no la contemplo por varias razones: en estos tiempos poder trabajar ya es una suerte, me gustan muchos aspectos de mi trabajo (sí, a pesar de todo en general estoy bastante contento aquí), y por último les haría un flaco favor a los animales si me largo cobardemente. ¿Cómo les voy a abandonar en manos de estos brutos? Poco a poco irán cambiando las cosas…. eso espero.

Joder, y es ganadería ecológica. Pero los certificadores sólo miran los papeles, la alimentación, la sanidad (antibióticos sólo en casos muy justificados, etc.) ….y el bienestar de los animales ¡¿qué?! ¡¡Se han olvidado de lo más importante!! Al animal le da igual que su pienso tenga soja transgénica o ecológica, con que le quite el hambre se conforma. Pero sí le importa que le traten bien, y no a palos.

Eso ha sido una gran desilusión para mí.

El ganadero vegetariano contando ovejas


 *Nombres ficticios para respetar su intimidad.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Otros animales de la finca

Además de ganado, en la finca hay otros animales tanto domésticos como silvestres.

De estos últimos hay muchas especies, entre aves, mamíferos, reptiles, anfibios, insectos…imposible nombrarlos a todos. A la mayoría de los humanos nos llaman más la atención los de mayor tamaño, ¿por qué será? El ciervo sería el que encabeza esta lista. Un animal bastante fácil de ver por aquí; el otro día conté un grupo de once. Algo parecido pasa con un bellísimo animal que, desgraciadamente, conserva mala fama entre la población, sobre todo en las zonas rurales. Hablo del zorro, al que había tenido ocasión de ver únicamente en dos o tres ocasiones antes de llegar a esta finca, y ahora hasta me puedo permitir el lujo de hacerle fotos, como las que os pongo aquí. ¡Me encantan los zorros! No entiendo que puedan ser tan despreciados.



 
La temporada de caza del ciervo está recién comenzada, de modo que pronto se producirá un brusco descenso en su densidad de población. Y vuelta a empezar…

El zorro no tiene mejor suerte, y su consideración como “alimaña” (curiosamente así eran consideradas hace menos de un siglo especies en las que hoy se invierten millones de euros para evitar su extinción) no ayuda a despertar la compasión de la gente. Por eso, y aunque en principio me agrada que no huya despavorido al notar mi presencia sino que lo haga a paso lento y sin excesivo miedo, haría bien en ser más desconfiado porque cualquier día se puede encontrar a un humano que en vez de cazarlo con una cámara de fotos lo haga con una escopeta.

De entre los animales domésticos los burros me resultan de lo más simpáticos. Aquí tenemos unos pocos autóctonos. Con la mecanización de los trabajos agrícolas se inició el declive del burro, que continúa a día de hoy hasta el punto de que se encuentran en peligro de desaparecer. Es una pena que sólo nos preocupemos por aquellos animales que nos resulten útiles, que nos reporten un beneficio, y no por cada especie, mejor dicho, por cada animal individual, por el simple hecho de tratarse de un ser único, que busca su bienestar y siente placer y dolor. Cuántos burros se han dejado literalmente morir de hambre en este país porque su dueño se compró un tractor o un remolque y ya no servían. Esa es la recompensa a años de fidelidad y voluntarioso trabajo.

Los burros en esta finca no trabajan, y eso me gusta. Están aquí para ser conservados y mimados.



Para terminar, y volviendo a la entrada anterior (12 de octubre), pongo la imagen escaneada con los ingredientes del pienso convencional de vaca, donde se ve claramente el origen transgénico de la soja. Quizás sin darnos cuenta estas vacas se están comiendo la selva amazónica….



martes, 12 de octubre de 2010

Terneros


Casi no he parado desde que me incorporé aquí, será por eso que el tiempo se me pasa volando.
  
Tengo ya bastante que contar, pero habrá que ir por partes.

Voy a empezar por el ganado vacuno. Aquí me llevé el primer palo al enterarme de que los terneros no se están vendiendo como ecológicos, lo cual tiene importantes consecuencias para estos animales.

El ternero ecológico destinado a consumo humano (machos y hembras que no se van a destinar a reponer vacas viejas) vive con su madre en la dehesa desde que nace hasta aproximadamente los 7 meses de edad. En ese momento se desteta y se pasa a otra parte de la finca donde no tiene contacto con la madre. Seguirá viviendo en el campo, alimentándose de pastos en las épocas de bonanza y piensos en las épocas de escasez, hasta los 3 años de edad, momento en el que llega su triste final.

El ternero “convencional”, es decir, no ecológico, pasa los 7 primeros meses junto a su madre, exactamente igual que el ecológico, pero ahora viene la gran diferencia. Tras el destete se vende a un cebadero industrial, dónde se engorda hasta su sacrificio, con los 2 años de edad.

El ternero en libertad vive un año más antes de su sacrificio que el ternero estabulado porque tarda más en engordar, ya que al caminar y corretear gasta mucha más energía, pero lo peor de todo esto me resulta el hecho de pasar más de un año en una de esas terribles granjas industriales, y más después de haber vivido una primera etapa feliz con su madre.

Te preguntarás por qué no se venden como ecológicos. La razón es la falta de demanda de carne ecológica. Si ya antes era difícil encontrar compradores de estos animales, ahora con la crisis es casi imposible. Vivimos en una sociedad de consumo donde la gente toma sus decisiones de compra basándose fundamentalmente en el precio del producto, antes incluso que en la salud. Criterios como el cuidado del medio ambiente o el bienestar animal quedan normalmente fuera de toda consideración. Y la carne ecológica no puede competir en precio con la convencional.

En los últimos años se ha repetido la situación de tener que vender como convencionales terneros criados de manera ecológica, lo que ha supuesto importantes pérdidas económicas para la empresa, ya que hubo que vender baratos animales que necesitaron un año más para conseguir el peso adecuado y a los que en épocas de escasez de pastos se alimentó con cereales y piensos de agricultura ecológica, muchos más caros que los convencionales, que por cierto contienen soja transgénica (se puede leer en la lista de ingredientes).

En definitiva, actualmente las vacas se alimentan con piensos convencionales, y los terneros se envían a cebadero industrial con apenas 7 meses. Para las vacas todo sigue más o menos igual, disfrutando de una larga vida al aire libre, pero no así para los pobres terneros. Ojalá consiga encontrar pronto alguna empresa interesada en terneros ecológicos.

Termino poniendo una foto de una madre con su cría. Ella es una vaca de 6 años, nacida el 15 de mayo de 2004…el signo del zodiaco le viene ideal ;). Él es un ternerito nacido el 9 de septiembre pasado. En la foto apenas tiene 10 días. Por su sexo ya sabemos su destino…afortunadamente él no lo sabe.


miércoles, 15 de septiembre de 2010

Presentación


Estimado lector,

ésta es la primera entrada del presente blog. Nada más leer el título te habrán surgido algunas preguntas:

- ¿Quién es el ganadero vegetariano?

Yo.

- ¿Y cómo es eso?

Suena raro, sí.

Dejé de comer carne hace cuatro años; pescado hace dos. Lo hice por motivos éticos. Al darme cuenta de que los seres humanos pueden gozar de una perfecta salud sin necesidad de alimentarse de otros animales, no tuve más remedio que ir dando pasos hacia el vegetarianismo para no ser incoherente con mis principios y mi sensibilidad.

En cuanto a mi profesión, no soy ganadero propiamente dicho, pero una parte importante de mi nuevo trabajo consiste en el manejo de ganado destinado al consumo de carne, concretamente vacas, ovejas y cerdos en una explotación extensiva con certificación de ganadería ecológica.

De momento no puedo contar muchas cosas de este trabajo porque apenas llevo unos días en él.

El propósito de este blog es escribir un diario que recoja las experiencias que viviré desarrollando este trabajo y compartirlo contigo.

- ¿Y no has encontrado nada mejor, más acorde con tus principios?

Desde luego que no es el trabajo perfecto para mí, pero de momento lo he aceptado.

- ¿Lo pagan muy bien?

Qué va. No es esa la razón. Hace años que no se ven ofertas de trabajo con sueldos elevados. Esa frase que dice “La crisis la pagan los trabajadores” es una verdad como un templo. De todas formas quien me conoce sabe bien que no tengo apego por el dinero, me conformo con tener para dar cobijo, ropa y alimento a los míos, algún que otro caprichito ocasional y, si es posible, conseguir unos ahorrillos para momentos difíciles, pero detesto esta sociedad de consumo que está llevando a la destrucción de los ecosistemas que sustentan la vida en el planeta, incluida la de nuestros hijos, y evito colaborar con ella en la medida de lo posible.

- ¿Entonces? ¿Por qué ese trabajo?

Ya he dicho que la ganadería será una parte de mi trabajo. Pero hay otras. Globalmente me pareció muy interesante. Incluso trabajar con animales tiene su parte gratificante: alimentarles, velar por su bienestar… Y pensé que como a corto y medio plazo la gente no va a dejar de comer carne por lo menos por cada animal criado aquí al aire libre se evita que un animal sea criado en una granja industrial.

Mi puesto es de director técnico de una pequeña organización sin ánimo de lucro que tiene como objetivo compatibilizar la conservación de la naturaleza con el desarrollo económico de las zonas rurales de España, desarrollando proyectos innovadores que ayuden a fijar población rural y evitar así la pérdida de población tan fuerte que hay en muchas zonas. Los proyectos que se lleven a cabo en el medio natural deben fomentar un aprovechamiento ecológico y sostenible de los recursos naturales y al mismo tiempo buscar fórmulas para mejorar la biodiversidad en estos lugares.

Me interesa mucho todo lo relacionado con la protección de la naturaleza, por lo que la filosofía de la “empresa” y sus proyectos presentes y futuros me resultan muy atractivos.

Condición necesaria de este trabajo es vivir en la finca donde la organización tiene su sede y oficinas, un entorno realmente estupendo para vivir (por lo menos para aquellos a quienes les guste el campo más que para una salida de fin de semana). Una parte de mi trabajo se realiza en la oficina, pero también tiene trabajo en campo.

Soñaba con encontrar un trabajo que combinara trabajo de oficina con trabajo en la naturaleza. En ese sentido este trabajo es ideal para mí.

- ¿Pero qué pasa cuando hay que matar a un animal?

Esa es la parte chunga… muy chunga. Por supuesto que independientemente de tratarse de ganadería ecológica -menos cruel con los animales- será muy duro negociar una venta, concertar una fecha para la recogida de los animales vendidos, ver cómo suben al camión (e incluso ayudar a subirlos) que los llevará al matadero....

Pero después de darle muchas vueltas creo que no me tengo que sentir culpable por enviar a esos animales al matadero. No creo que haya más culpabilidad en mi acción que la de una cajera de supermercado que pasa una bandeja de pechuga de pollo por el lector de código de barras. Lo que pasa es que en mi caso va a haber un contacto visual con el animal vivo, lo que me supondrá un fuerte estrés emocional (con la bandeja de pollo no ocurre eso). Realmente el verdadero y único culpable no soy yo ni la cajera, sino la persona que compra el producto….no, ni siquiera esa persona, sino la que se lleva el tenedor con el trozo de carne a la boca.

También pienso que puedo ayudar a que los animales que están a mi cargo lleven la mejor vida posible hasta su final. Eso sí, siempre tendré que mirar por los intereses de la empresa que me ha contratado. No me puedo negar al sacrificio de los animales igual que la cajera del supermercado no se puede negar a pasar por caja trozos de animales.

No mola nada pasarlo mal en tu trabajo pero como ya he dicho antes también tiene otras partes muy estimulantes. ¿Existe el trabajo perfecto? Me viene a la mente el trabajo de voluntarios de refugios de animales abandonados, un trabajo altruista donde encima se sufre un montón, se ve lo peor de los seres humanos, y sin embargo allí está esa gente estupenda, al pie del cañón, a pesar de los malos ratos, ayudando a pobres perros y gatos maltratados y abandonados. Quizás debo enfocarlo de esa manera; y un vegetariano en una explotación ganadera también puede ayudar, al menos dando cariño a los animales que allí se crían, y no mirar tanto lo económico sino inclinar más la balanza hacia el bienestar animal (que en la ganadería eco se inclina mucho más que en la intensiva industrial pero todo se puede mejorar).

Sólo hace falta que el ganadero vegetariano tenga fuerzas para soportar los disgustos que le deparará esta aventura.